He estado
reflexionando este día de convocatoria a la ciudadanía de huelga general, sobre la legalidad y justificación de las actividades llevadas a cabo, el día de la huelga, por los piquetes informativos de los sindicatos. Desde que se anunció públicamente que la huelga se hacía hoy, creo que ha pasado el suficiente tiempo, para que los
trabajadores y la ciudadanía en general, valorase y meditase sobre los motivos de la llamada a la huelga por los sindicatos y su decisión de apoyarla o no. No se justifica, por tanto, la necesidad de informar más sobre esta cuestión el mismo día de la huelga. Creo que las acciones de los piquetes, en este caso, pasan de informar a coartar la libertad e
intimidar a las personas que deciden trabajar este día. Si bien es cierto que la función básica que tendrían que cumplir los piquetes en un día de huelga es velar porque los empresarios no coaccionen a ningún/a trabajador/a, si éstos han decidido hacer huelga ese día.
Por compararlo con otra situación democrática, es como si un día de elecciones, fuésemos a votar y tuviéramos que soportar, ante la urna, la persuasión y la coacción de los líderes políticos para que tomáramos nuestra decisión de voto a su favor.
Mañana, supongo, que para los sindicatos, la huelga habrá sido un éxito y para el gobierno un fiasco y todo seguirá igual, a menos que de una vez por todas , la clase política entienda que debe actuar de forma constructiva y responsable y trabajar verdaderamente por los intereses de la ciudadanía.
